Demanda
El transporte actual requiere con frecuencia que los viajeros utilicen paquetes de datos o dispositivos USB para tener un acceso confiable a Internet. El WiFi es de baja calidad o no está presente en absoluto, lo que está relacionado con varios desafíos para implementar una red inalámbrica funcional en vehículos en movimiento. Uno de ellos es el costo de la infraestructura. Una forma de mantenerlos bajos, utilizada por Amtrak en EE. UU. y SNCF en Francia, es bloquear actividades de gran ancho de banda, como streaming y descargas.
Tener WiFi es una excelente manera de promocionar tu negocio. La prevalencia del acceso gratuito a Internet en el transporte está aumentando, pero aún no está muy extendido; por lo tanto, podría ser una ventaja sobre sus competidores. También se puede utilizar con éxito con fines de marketing y publicidad mediante el uso de páginas de destino y análisis de clientes.
Al tener acceso a una red gratuita e ilimitada, los pasajeros pueden utilizar Internet para trabajar, comunicarse o entretenerse, haciendo que el tiempo entre el inicio y el final del viaje parezca mucho más corto, y permitiéndoles hacerlo más productivo. Aumentar su comodidad crea una mejor experiencia para el cliente y los anima a utilizar los servicios de su empresa nuevamente.
Los desafíos
Para proporcionar acceso WiFi, tiene que haber una manera de mantener los enrutadores conectados a Internet. Esto generalmente se hace mediante una conexión LTE. Sin embargo, cada operador tiene una presencia diferente, lo que significa que suele ser una buena idea utilizar algunas tarjetas SIM diferentes para controlar el tráfico de clientes y mantener la máxima calidad del servicio. Usar un satélite también es una opción, pero se vuelve más problemático a mayor velocidad, mayor número de pasajeros y obstáculos del terreno.
La ubicación de la antena LTE es muy importante. Debe situarse lo más cerca posible del tejado, preferiblemente encima de él. La señal no atraviesa fácilmente estructuras metálicas, por lo que colocarla correctamente puede resultar difícil. Es más probable al instalar una red WiFi en un tren, ya que están hechos de materiales diferentes a los de los autobuses o automóviles, lo que los hace más propensos a causar interferencias. También son significativamente más largos, por lo que requieren una mayor cantidad de dispositivos para funcionar.
Muchas variables
Dado que la ubicación puede estar expuesta, es crucial que el equipo esté adecuadamente protegido contra condiciones externas y posibles lesiones. El viento, la temperatura o la humedad pueden afectar o incluso destruir los dispositivos.
Los problemas también pueden deberse a limitaciones resultantes de acuerdos firmados entre el proveedor de los vehículos y la empresa que los utiliza. Por ejemplo, es posible que necesiten un permiso del fabricante para poder instalar cualquier dispositivo adicional bajo amenaza de pérdida de garantía.
Otro problema que puede surgir son los viajes internacionales. Los dispositivos que se utilizan en autobuses, automóviles o trenes que cruzan la frontera normalmente no funcionarán en otro país. Esto se puede solucionar teniendo dos tarjetas SIM de los operadores de los dos países. Sin embargo, esto crea problemas adicionales si hay más países en camino.
En resumen
A pesar de los desafíos que implica implementar WiFi gratuito en el transporte, la tendencia está creciendo constantemente. Múltiples municipios y empresas toman acciones para brindar a sus clientes y ciudadanos esta tecnología, notando los beneficios que conlleva la adaptación a la era digital.